Una joven donante de óvulos, en la sala de ecografías de una clínica de reproducción asistida. A. DI LOLLI Una decisión del Tribunal Constitucional podría provocar la destrucción de más de la mitad del material genético de los centros de fertilidad

De ahora en adelante, quienes quieran donar gametos (semen u óvulos) en Portugal lo tendrán que hacer sabiendo que los niños que nazcan de su material genético podrán acceder a sus nombres y apellidos en el futuro: eso decreta el Tribunal Constitucional (TC) luso en una resolución que pone fin a la donación anónima de este tipo de material genético. La decisión podría forzar la destrucción de más de la mitad del material genético criopreservado en los centros de fertilidad y el encarecimiento de los servicios de reproducción asistida en el país vecino, destino popular para muchas parejas españolas que se desplazan a tierras lusas para realizar estos tratamientos por costes reducidos.

El cambio resulta del fallo emitido por el TC la semana pasada, en el cual se tumbaron varias partes de la ley de la gestación subrogada, aprobada por la Asamblea de la República el pasado mes de agosto para regular los llamados “vientres de alquiler”. Una de las cláusulas anuladas contemplaba el derecho al anonimato de los donantes de gametos utilizados en el proceso, algo que los jueces rechazaron al considerar que suponía “una restricción innecesaria de los derechos a la identidad personal y el desarrollo de las personas nacidas a través de los procesos de reproducción asistida”. Tras analizar el fallo judicial, el Consejo Nacional de Procreación Médicamente Asistida (CNPMA), autoridad que regula la reproducción asistida en Portugal, ha concluido -“con profunda preocupación”- que el derecho de identificación defendido por el TC no sólo es aplicable a los gametos utilizados en las gestaciones subrogadas, sino a todos los procesos de reproducción asistida. A través de un comunicado, la autoridad afirma que la decisión judicial suscita dudas sobre la posible aplicación retroactiva de los derechos de las personas nacidas con gametos procedentes de donantes anónimos, como también a las medidas que deben tomarse relativo a los procesos que ya están en curso, y lo que se debe hacer con los gametos y embriones de donantes anónimos actualmente criopreservados.

Ante tantas dudas, el CNPMA ha decretado la suspensión de todo proceso que utilice gametos de donadores anónimos y recomienda que los centros de fertilidad se pongan en contacto con estos donantes para concretizar si dan permiso al uso de su material genético sabiendo que su anonimato ya no está garantizado.

Mayor coste y tiempos de espera

En una entrevista en la cadena de radio TSF, Ana Teresa Almeida Santos, presidenta de la Sociedad Portuguesa de Medicina de Reproducción, ha afirmado que la decisión judicial ha dejado a los centros de fertilidad en una situación muy complicada. “Es imposible entrar en contacto con todos los donantes para preguntarles si están dispuestos a ser identificados en el supuesto que sea necesario. Hablamos de cientos de personas, muchas de ellas en el extranjero. Si no conseguimos una respuesta de ellos, sus embriones no podrán ser utilizados“.

Dado que el material genético donado sólo puede ser utilizado para realizar estos tratamientos, la prohibición del uso de los gametos procedentes de donantes anónimos obliga la destrucción de los mismos. Esta nueva realidad pone en jaque a los centros de fertilidad del país vecino, ya que la mayoría de los gametos que tienen criopresevados provienen de donantes anónimos. Se prevé que la reducción tan dramática del material genético disponible podría provocar un aumento significativo de los precios de los tratamientos de fertilidad en Portugal.

“Las parejas infértiles son las más perjudicadas”, ha lamentado Almeida Santos, que señala que, independientemente del impacto que podría tener sobre el coste de los tratamientos, la decisión del TC podría afectar “los tiempos de espera, que serán mucho más largos”.

“Si no podemos utilizar los embriones y gametos que ya tenemos, no podemos responder a la demanda de estas parejas, que tendrán que esperar hasta que se obtengan nuevas gametos de donantes que estén dispuestos a aceptar este nuevo régimen sin derecho al anonimato”.

Origen: ELMUNDO

    • AITOR HERNÁNDEZ-MORALES
    • Lisboa