Los datos publicados hasta diciembre de 2021 indican que el embarazo es un factor de riesgo y puede conllevar complicaciones para la madre derivadas de la infección por COVID-19 en comparación con mujeres no embarazadas en las mismas condiciones. Aun así, el riesgo absoluto es bajo. Sin embargo, no se ha reportado un aumento de abortos, complicaciones obstétricas ni malformaciones fetales por coronavirus.Los estudios científicos de que se dispone hasta el momento han reportado algunos casos de posible transmisión intrauterina o perinatal, pero ésta es muy poco frecuente y no parece que la infección por COVID-19 pueda producir malformaciones fetales. Los pocos casos conocidos en bebés que han adquirido la infección los primeros días son leves. En referencia a las complicaciones maternas, la mayor parte de las neumonías complicadas se han producido en gestantes no vacunadas que estaban en su tercer trimestre de gestación o en el puerperio. La infección durante el primer y segundo trimestre del embarazo se asocia a pocas complicaciones. Sin embargo, y debido a las complicaciones maternas (especialmente en el tercer trimestre) se ha evidenciado un aumento de la tasa de prematuridad.Los estudios publicados hasta el momento sobre la vacunación en embarazadas han demostrado que son seguras, tanto para la madre como para el feto. Por ello, la vacuna se debe ofrecer a las mujeres gestantes igual que al resto de la población, ya que los beneficios de la misma superan los riesgos de padecer la infección. Es importante, además, ofrecer esta opción a las mujeres embarazadas con enfermedades que conllevan riesgo de padecer complicaciones.
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