La Fecundación In Vitro (FIV) es la técnica de Reproducción Asistida que nos va a permitir obtener los gameto masculino (espermatozoides) y femenino (ovocitos) , para posteriormente realizar la fecundación de los mismos fuera del organismo de la mujer, es decir, en el laboratorio. Una vez fecundados los ovocitos, los embriones conseguidos serían transferidos a la cavidad uterina, y allí , continuarían su desarrollo de forma natural.
Existen distintas indicaciones para realizar una FIV, entre ellas: sospecha de baja reserva ovárica, factor etario, fallo de Inseminación Artificial, factor masculino severo o factor tubárico bilateral.
Básicamente, el tratamiento se iniciaría con la administración de hormonas, gonadotropinas, cuyo objetivo es estimular el desarrollo folicular múltiple en los ovarios. Se administran de forma diaria, mediante inyecciones subcutáneas, hasta conseguir un desarrollo folicular óptimo, lo cual se controla mediante ecografías y analíticas hormonales seriadas a lo largo de la estimulación. Una vez conseguido el desarrollo adecuado de los folículos, se desencadena la ovulación y se programa la punción folicular, intervención encaminada a aspirar el contenido folicular para la recuperación ovocitaria. Dicha intervención se realiza bajo sedación profunda y guíada por ecografía. Su duración aproximada es de 10-15 minutos, quedando la paciente en observación hasta la recuperación total.
La muestra seminal es recogida al mismo tiempo que la extracción de ovocitos. El semen se procesa en el laboratorio con el fin de seleccionar los espermatozoides mas adecuados para la fecundación de los ovocitos.
La fecundación de los ovocitos se puede realizar de 2 formas:
-poniendo en contacto los ovocitos y los espermatozoides permaneciendo en incubación durante horas (FIV convencional).
-introduciendo uno a uno cada espermatozoide en los ovocitos , lo que denominamos microinyección espermática (ICSI). Este último método se utiliza en casos de factor masculino severo, edad materna avanzada o baja respuesta ovárica, entre otros.
Una vez conseguida la fecundación, los embriones permanecen en laboratorio de 2 a 5 días. En este tiempo, se evalúa la evolución de los mismos, lo que nos va a ayudar a seleccionar aquellos embriones de mejor calidad para transferir.
La transferencia embrionaria es el proceso por el cual vamos a depositar los embriones en la cavidad uterina. El número de embriones a transferir dependerá de la edad de la mujer y de la calidad de los mismos, no siendo nunca su número superior a 3 y siempre decidido por la pareja tras ser correctamente informada por el equipo de Médicos y Biólogos. Los embriones sobrantes que sean de buena calidad, se podrían congelar para utilizarlos posteriormente.
Los principales riesgos de este procedimiento son los siguientes:
-embarazo múltiple
-síndrome de hiperestimulación ovárica: consiste en una respuesta exagerada al tratamiento de inducción a la ovulación. Se puede clasificar en 3 grados es función de la gravedad de la sintomatología. En los casos de mayor gravedad podría requerir ingreso hospitalario, por necesidad de control clínico y de las posibles complicaciones de la coagulación sanguínea, función renal o hepática en los casos graves (menos del 1%).
-otros: hemorragia postpunción ovárica, infecciones genitales, torsión ovárica, así como las complicaciones clínicas derivadas de cada caso en concreto.
Una vez realizada la transferencia embrionaria, se realizaría una prueba de embarazo en sangre 14 días después.