El test de compatibilidad genética (TCG) es una prueba que permite minimizar la transmisión de enfermedades genéticas a la descendencia, ya que es capaz de identificar los genes alterados en cada miembro de la pareja y detectar si existe alguna mutación en común.
En concreto, el TCG puede llegar a evitar la transmisión de unas 600 enfermedades genéticas, las cuales no tienen una cura definitiva en la actualidad.
Por esta razón, resulta interesante conocer a priori las posibles mutaciones que pasan desapercibidas en la persona y, en caso de compartir una misma mutación con la pareja, saber qué acciones tomar en el momento de plantearse un embarazo.